No culpes al karma | 98 min. | 2016Sara es una joven que culpa al karma de su mala suerte. Se encuentra en un momento difícil luchando porque salga adelante el negocio de plumas que ha abierto, que se junta con el divorcio de sus padres, un novio al que no ha visto en un año y el anuncio de que su hermana se casa con el que fuera el gran amor de Sara cuando iba al instituto.
Adaptación del libro con el mismo nombre escrito por Laura Norton. Si el libro no me gustó, no sé qué me hizo pensar que la película sí lo haría. El personaje de Sara no me gustó para nada, la forma de enfrentarse a las cosas tampoco, solo cuando ya explota y empieza a tomar decisiones de verdad. La historia es bastante surrealista y en ocasiones iba o muy rápida o muy lenta. Ni siquiera sé si a alguien le llegó a gustar esta historia en un principio como para hacer una película porque me resulta cualquier cosa menos divertida.
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Sabía lo básico antes de empezar esta película y es que no podía resistirme viendo lo bien que hablaba la gente de ella y que además tratara de ballet. Con una palabra la resumo: preciosa. La historia es súper bonita, llena de problemas por culpa de la época en la que está ambientada: si eres chico tienes que boxear, no bailar. Y si además lo haces es porque eres gay.
Entiendo ahora perfectamente todas las buenas opiniones que tiene esta película. Tienes que verla para poder entenderlo. También todas las dificultades que encuentra Billy para poder hacer lo que quiere: su padre, su hermano, sus amigos, la prueba para ingresar en la escuela, el dinero... Pero es ver el empeño y cómo disfruta bailando que no sé cómo tardan tanto en darle la luz verde. Una persona que disfruta con lo que hace no debería tener tantos frentes.
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No podía faltar otra película más de baile. Pero hay poco. Me sentí un poco decepcionada porque se ve súper poco en pantalla. El principio me desanimó porque es bastante poco creíble. Dos desconocidos que se conocen en el metro, a él le roban el violín y ella alquila uno para que pueda seguir tocando. Esas muestras gratuitas de altruismo es como muy de película, en la vida real uno no se fiaría de alguien que acaba de conocer para prestarle un violín que si rompe acabarás pagando tú.
Estoy acostumbrada a que las escenas de baile estén súper programadas pero las sentí súper forzadas porque se ponen a bailar en cualquier parte, casi parecía un musical. Bueno por no hablar de una escena en un fiesta de gala súper pija en la que hay batalla de violines, y literal.
Tampoco distribuyeron bien el ritmo de la película. Lleva un ritmo normal y en cuanto se toman en serio la competición de baile, todo vuela. Las escenas de preparación casi ni existen y me hubiera encantado ver mucho más violín también. Para ser una película de baile se han dejado todo el baile y toda la música a ras de suelo. La trama es interesante pero no han sabido explotarla.
Siempre he querido ver Billy Elliot a ver si en algún momento la encuentro en alguna plataforma y la disfruto
ResponderEliminar¡Hola! ^^
ResponderEliminarCoincido completamente contigo en "No culpes al karma". Si ya el libro no era para tirar cohetes, la película tiene menos gracia aun. Estuve a punto de dejarla a la mitad. "Billy Elliot" es una de las mejores películas de baile que he visto, aunque no solo trate sobre eso.
Besos!