La última biblioteca | Freya Sampson | Maeva | 277 pág. | 2024
A veces solo hace falta una causa común para que un desconocido se convierta en un amigo.
June Jones, una bibliotecaria que vive en una pequeña población de Reino Unido, solo se relaciona con las personas que trata cada día en el trabajo, pero, fuera de la biblioteca, es una persona tímida y solitaria que prefiere la compañía de los libros.
Cuando el Gobierno regional amenaza con cerrar la biblioteca, los usuarios habituales organizan una protesta, y June tendrá que salir de su mundo y unirse a ellos si quiere salvar lo que da sentido a su vida. En el camino, aprenderá mucho sobre sí misma y sobre la importancia de la amistad, la comunidad y, por último, pero no menos importante, del amor.
¿Una ayudante de bibliotecaria en un pueblo pequeño que solo se relaciona con libros? Tenía que leerlo sí o sí.
Esta historia entra dentro del tipo de libros que me gusta mucho leer ahora: libros cortitos, entretenidos, con una trama sin grandes giros de argumento ni dramones y ambientados en sitios con libros.
Llevaba una mala racha (he leído los dos de la librería Morisaki y han sido bastante plof) así que a peor no podía ir. Y me ha encantado.
El inicio se me hizo un poco lento pero no lento de aburrido, si no que se nota esa ausencia de diálogos, aunque da las primeras nociones para ir conociendo a los personajes que acompañan diariamente a June en su trabajo. No pueden ser más diferentes pero cada uno tiene una historia que acabamos conociendo a lo largo del libro. Podría dar confusión pero los veo tan bien perfilados que he sabido distinguirlos bastante bien.
Está lleno de referencias a libros, tanto clásicos como más actuales, y acostumbrada a que normalmente son libros que no conoce nadie, me sorprendió ver que el 70% de los que se mencionan, los conozco (Orgullo y prejuicio y zombies, Tan poca vida, Harry Potter, Guerra y paz...).
Me he sentido como en casa. Puedo decir que es de las pocas novelas feel-good que de verdad me han hecho sentir bien. Y que todo gire en torno a una biblioteca en un pueblo pequeñito... Es que no podía ser un libro más acertado ahora mismo.
Me he sentido muy identificada con June porque toda su vida ha sido esa biblioteca, desde pequeñita hasta ahora que es su único punto social. También porque tiene una serie de reflexiones acerca de "he perdido toda mi vida", "no he hecho nada interesante salvo trabajar aquí" y no creo que sean motivos para martirizarse.
Tenemos tan interiorizado que ser jóvenes es igual a hacer locuras, a salir, a tener cien amigos con los que hacer planes; que cuando somos personas que no encajamos en esos moldes creemos que estamos haciendo algo mal, que nos pasa algo malo. Y no es así. Y me ha gustado ver a esa June que sale de su cascarón para luchar por lo que cree pero sin perder su forma de ser tan introvertida.
Así que sí, ha sido una maravilla leer este libro y no ha podido llegar a mis manos en un momento mejor cuando necesitaba tanto un estímulo para volver a enfocarme en mi futuro como ayudante de biblioteca.
Gracias a Babelio y a la editorial por el ejemplar para reseñar, ha sido todo lo que necesitaba ahora mismo.
4,5/5
