Les contaré cómo sobreviví. Les contaré que, cuando tengo una mañana mala, me resulta imposible disfrutar de nada porque temo que me lo quiten. Entonces hago una lista mental de todas las muestras de bondad de las que he sido testigo. Es como un juego, repetitivo, incluso algo tedioso después de más de veinte años.
Aun así, sé que hay juegos mucho peores.
Yo creo en la vida eterna ¿sabes?, no la física por supuesto pero sí en la espiritual, nuestras almas viajan por todo el mundo y no me refiero solo a la tierra sino a todos los planetas donde sea posible la existencia de la vida. Nuestras almas viajan eternamente, sólo que no se acuerdan de sus vidas pasadas. Si bien esto no quita el dolor, al menos lo reduce ya que tus seres queridos no se han ido del todo, sólo están por ahí empezando de cero y cuando nuestro turno llegue podremos reencontrarnos de nuevo con ellos :)
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