Reseña en citas

Hacía bastante que no traía una reseña en citas puesto que ningún libro me hacía gastar tantos post its.

Esta vez vengo con Te daría el mundo de Jandy Nalson y con los consejitos de la abuela Sweetwine.

No incluyen spoilers puesto que son las supersticiones que la abuela escribió en su Biblia y dejó de herencia a su nieta Jude. E incluso algunos son añadidos por Jude...

Tengo que reconocer que algunos sí que los había oído aunque son de lo más disparatados...

¿Me ayudáis a añadir más a la colección? ¿Conocéis alguna superstición poco común?

La lluvia en diciembre augura un funeral inesperado.

Receta para hacerte invisible: córtate un metro de melena rubia y rizada y esconde la cabellera restante bajo un gorro negro de punto. Mantén el tatuaje oculto a la vista. No te vistas con nada que no sean sudaderas enormes, vaqueros gigantes y zapatillas. No digas ni pío.

Asegúrate de echar a andar siempre con el pie derecho para evitar la calamidad, que se presenta siempre por la izquierda.

Algunos visitantes del Más Allá se manifiestan con los pies del revés.

Si necesitas ayuda divina, abre un frasco en el interior de un templo y vuelve a cerrarlo antes de marcharte.

En todo par de gemelos hay un ángel y un diablo.

Cualquier peculiaridad en el rostro idica un temperamente igualmente peculiar.

Cada foto que te hacen menoscaba tu espíritu y te acorta la vida.

Lo que alguien te diga en su lecho de muerte se hará realidad.

La abundancia de vello facial en un hombre delata un carácter ingobernable.

Cuando dos gemelos se separan, sus espíritus vuelan en busca del otro.

Para invertir el curso del destino, plántate en medio de un campo con un cuchillo y empúñalo a favor del viento.

Contén el aliento en la proximidad de un jazmín en flor si no quieres revelar tus secretos.

Nada gría tanto el amor como un limón en la lengua.

El gemelo diestro dice la verdad, el zurdo miente.

Si un gemelo se corta, el otro sangrará.

Caer de bruces trae muy mala suerte.

Para curar el alma, recoge las lágrimas derramadas durante el duelo y luego ingiérelas.

Cuando quieras reunir valor, pronunca tu nombre tres veces contra tu mano.

Para reconciliarte con un miembro de tu familia, sujeta un cuenco bajo la lluvia hasta que se haya llenado y luego bebe el agua de lluvia en el preciso instante en que el sol vuelva a brillar.

Si la mala suerte sabe quién eres, conviértete en otra persona.

Para extinguir los sentimientos amorosos que puedan surgir, lleva encima un cabo de vela.

Para desviar una atención indeseada, empapa un espejo en vinagre.

Para modificar las tendencias del corazón, colócate un nido de avispas sobre la cabeza.

Si estás atravesando un infierno, sigue andando.

Mientras un hombre lleve encima un mechón de tu pelo, te llevará en el corazón.

Si un hombre se guarda las cartas que le escribe a su amada, su amor es sincero.

Los tipos que tienen un ojo de cada color son unos canallas hipócritas.

Arroja un puñado de arroz al aire, y el número de granos que te caigan en la mano te indicará la cantidad de personas que amarás en la vida.

Conocer a tu alma gemela se parece a entrar en una casa que conoces bien; reconocerás los muebles, los cuadros de la pared, los libros de los estantes, el contenido de los cajones. Podrías encontrar el camino a ciegas, de ser necesario.

Escribe tus pecados en las manzanas de un árbol; cuando caigan, lo mismo sucederá con tu carga.

Lo que dormita en el corazón dormita en la piedra.

Tras la muerte de un ser querido, tapa todos los espejos de la casa para que el espíritu del difunto pueda marcharse; de no hacerlo así, quedará atado a los vivos por siempre.

Si sueñas que te das un baño, te enamorarás.

Si tropiezas al subir una escalera, te enamorarás.

Cuando hablas con alguien a través de un espejo, su alma y la tuya intercambian los cuerpos.

Si tu cabello se enreda en un cepillo con el de otra persona, vuestras vidas quedará por siempre entrelazadas.

Si sueñas con pájaros, un gran cambio está a punto de acontecer en tu vida.

Para despertar tu espíritu, tira una piedra a tu propio reflejo en un estanque.