Parte 4
No debería ni decirlo porque se sobreentiende, pero, CONTIENE SPOILERS.
Hablemos de... Balada de pájaros cantores y serpientes.
La rivalidad, su motivación.
Pero alcanzar el poder tiene un precio.
Es la mañana de la cosecha que dará comienzo a los décimos Juegos del Hambre. En el Capitolio, Coriolanus Snow, de dieciocho años de edad, se prepara para la oportunidad única de alcanzar la gloria como mentor de los Juegos.
La casa de los Snow, antes tan influyente, atraviesa tiempos difíciles, por lo que su destino depende de que Coriolanus consiga superar a sus compañeros en encanto, ingenio y estrategia como mentor del tributo que le sea adjudicado. Todo está en su contra...
Lo han humillado al asignarle a la tributo del Distrito 12 y ahora, sus destinos están irremediablemente unidos.
A diferencia de la trilogía, este libro es la segunda vez que lo leo. Así que este todavía no me lo sé ni lo he analizado tan profundamente como los anteriores. Aún así, si se presta suficiente atención, se descubren bastantes cositas...
Cuando se publicó, el fandom tiraba más a decir que preferían la historia de Haymitch. ¿La verdad? Yo también lo pienso, pero también me ha valido esta historia para conocer los orígenes de los juegos y la evolución del Capitolio.
Hablemos de Snow. Astuto, ególatra, posesivo y obsesionado con el poder y el control. Es un personaje que por el ambiente, la familia, las personas de las que se rodea, acaba como acaba. Aunque, ¿se podría haber evitado? Sinceramente, creo que no. Salvo que hubiera vivido en los distritos.
El claro ejemplo lo tenemos en Sejanus. El origen, lo que has vivido, los valores que has aprendido desde pequeño y trabajado de adolescente, es lo que acaba definiéndote. Por mucho que viva en el Capitolio, que su padre esto y su padre lo otro, Sejanus se mantiene fiel a lo que es hasta el último momento. Momento que comparte con Snow el cual también se mantiene fiel a lo que es.
Al final, Snow se carga la bondad que le rodea. Me fascina la fidelidad que le profesa al Capitolio a pesar de que solo le ha dado problemas desde el final de la guerra.
Este libro se hace más lento y denso porque es más lento y denso. La acción está centrada en puntos estratégicos de la historia, no es algo continuo como lo era en la trilogía. Aquí tenemos mucha más introspección. Se podría decir que le sobran escenas pero la autora lo ha hilado todo de tal forma que le sobrarían muy pocas.
Tiene guiños constantes a la trilogía principal (ya haré otro post hablando de los easter eggs que hay colados en este libro) aunque el final se me queda corto. Esperaba, imagino que como todos, ver una conexión más real entre la historia de Lucy Gray y Katniss.
Y hablando de Lucy Gray... La comparan mucho con Katniss, es evidente que las similitudes existen, pero son más bien guiños aislados porque Lucy Gray y Katniss son muy diferentes. Lucy Gray es una artista a la que cuelan en un baño de sangre y Katniss es una superviviente que meten en un espectáculo.
Otra diferencia es que Lucy Gray no tiene miedo de luchar y a Katniss le cuesta mucho más aceptar su papel en la rebelión. Lucy es tremendamente más astuta que Katniss. Podría decirse que Snow y ella son tal para cual, con la diferencia de que Lucy es mucho más inteligente.
Del final no voy a hablar porque ya sabemos todos cómo acaba.
Y ahora... última parte de las ESCENAS ÉPICAS DE LOS JUEGOS DEL HAMBRE: BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES
—Me da igual lo que diga, no tienen derecho a matar de hambre a la gente ni a castigarla sin motivo. No tienen derecho a arrebatarle la vida y la libertad. Todos nacemos con esas cosas y nadie tiene derecho a robárnoslas. Ganar una guerra no les da ese derecho. Tener más armas no les da ese derecho. Ser del Capitolio no les da ese derecho.
Sejanus Plinth siendo el sinsajo que merece la rebelión.
La muchacha quiso sacar la mano de golpe, pero una docena de serpientes neón se le adelantaron y hundieron los colmillos en su carne.
Esta escena es clave para entender que nadie está a salvo. Y Snow llega a esa misma conclusión a partir de aquí. La doctora Gaul es otro personaje que sería digno de estudio.
—Probablemente no. Pero soy tu mentor, y quería conocerte cuando controlara yo la situación.
—Ah, un rebelde.
No podía ser más irónica esta escena. Y todo lo que se desarrolla después.
Se sentía como Ma Plinth, con su puñado de recuerdos del Distrito 2 en la cocina.
No os hacéis una idea de la satisfacción que me dio leer esta frase. Los Snow siempre caen de pie, pero no está mal que antes de caer crean que van a estrellarse de boca.
No supero esta escena. Dudo que alguna vez pueda hacerlo. Es el equivalente a Peeta secuestrado.
No, está claro que no lo es. Y suerte para ella no serlo. Y una pena que se le haya infravalorado tantísimo.
¿Estuvo a la altura esta precuela? Para mí, sin duda.
¡Hola! Yo no me leí la trilogía de Los juegos del hambre, solo vi las películas que me encantaron, y aunque tenía curiosidad por este libro no sé si lo leeré al no haber leído los otros. Genial reseña, besos :)
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