Saltaré las olas - Elena Castillo

Saltaré las olas | Elena Castillo | Papel | Titania | 281pág. | 2018

Imogen necesita alejarse de la persona que ha roto su corazón y de una familia que piensa que no es capaz de cuidarse por sí sola, desea comenzar de cero. El problema es que no sabe cómo hacerlo porque se ha dado cuenta de que en verdad no se conoce a sí misma. Por ello, su mejor amiga lo organizará todo para llevarla consigo hasta Irlanda, donde le espera su primer puesto de trabajo en una residencia clínica como enfermera y una habitación de alquiler en una preciosa cottage a los pies de los acantilados de Howth, que compartirá con un joven pescador. Nadie en el pueblo esperaba que Liam regresara después de tanto tiempo, pero el también se sorprende cuando al llegar se encuentra con que su familia ha metido a una inquilina en su casa. Mientras Imogen irá descubriéndose poco a poco con su lista de nuevas experiencias, su misterioso compañero de casa se volcará en ayudarla a conseguir todos sus retos, terminando por poner a prueba los sentimientos de su corazón. Tres pacientes con mucho que aportar, un club de lectura con algo de magia y una amistad inquebrantable, enseñarán a Imogen que en la vida solo hay que saltar las olas.

Aunque normalmente huyo de los libros con un cambio de aires tan radical (el hecho de cambiar de país suelen pintarlo como algo muy fácil cuando en verdad no creo que sea tan fácil), en este libro no me parece tan descabellado, no olvidemos que está la mejor amiga de Imogen, Ava, que ya se ha encargado de ayudarla a encontrar un sitio para quedarse y, lo más importante, un trabajo. La parte difícil ya está hecha.

Es cierto que tiene un inicio lento pero después coge ritmo y se lee solo. Esa parte coincide con las escenas en las que aún no han coincidido Imogen y Liam, de hecho, me daba casi dolor físico tantas coincidencias y parecía que nunca iban a conocerse. Fue lo que me mantuvo pegada a las páginas a pesar de esa lentitud.

Aunque llevaba una idea sobre el personaje de Liam (no olvidemos que va a tener su propia historia, y menuda historia, y que Imogen está en su casa sin él haber dado el consentimiento), se toma bastante bien esa invasión del espacio. Hasta permite que Imogen reescriba todos los recuerdos que guarda Liam en la casa.

Y el personaje de Imogen me pareció muy puro, con un corazón tan grande que es capaz de ver todo lo bueno de todo el mundo. Y no puedo tener ninguna queja porque en todo momento antepone a Liam por encima de su bienestar.

La tensión es muy palpable entre estos personajes y tengo que reconocer que es un instalove, pero sin duda es la mejor historia que he leído de la autora y aún guardo un buen recuerdo de ella.

Me encanta que la autora le haya dado protagonismo a las historias de los pacientes del hospital, incluso puedo decir que los sentí mucho más cercanos que la mejor amiga de Imogen.

El plot twist final lo vi venir. Puede pasar desapercibido pero en realidad las pistas están ahí. En ese punto de la historia volví a enamorarme del personaje de Imogen, por su forma de actuar, por poner, una vez más, a Liam por encima de ella misma aunque eso suponga ver delante de sus propias narices cómo lo que ha construido se viene abajo.

En resumen, una historia que me encantó, por la ambientación, por los personajes, por la historia... Me dejó el corazón calentito y sin duda volvería a releerlo.

5/5