Desde muy pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma por el ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza y los ballets más prestigiosos han puesto sus ojos en ella. Sin embargo, un grave accidente acaba con su futuro prometedor.
El único mundo que Maya conoce se ha derrumbado.
Su abuela, que ha guiado cada uno de sus pasos, la culpa por lo sucedido.
La ausencia de su madre pesa más que nunca.
Y un hallazgo fortuito abrirá una profunda herida.
Un viaje inesperado, una chica incompleta y una verdad escondida en una caja de música.
A veces, dejar que suceda es todo lo que necesitas.
No había leído nunca a la autora pero está clarísimo que no va a ser la última vez.
El libro se lee solo. Es adictivo y no se hace para nada pesado. Tiene el toque justo de narración "poética", como yo suelo llamarla, por lo que es muy fácil de seguir y no te pierdes en tanta "metáfora" y "símiles". No se anda por las ramas para embellecer el texto.
No llevaba ni muchas expectativas ni pocas, dio la casualidad de que lo leí en muy poco tiempo desde su publicación por lo que no me dio tiempo a leer reseñas ni opiniones. A no influenciarme. Así que me sorprendió mucho lo rápido que lo leí y la forma de conectar con los personajes.
Las primeras páginas se me hicieron durísimas. Me encantó leer a Maya, tanto que necesitaba entrar en la historia a abrazarla y decirle que nada era su culpa. Ojalá haber podido hacerlo porque esa chica necesitaba un apoyo muy urgentemente.
Tiene mucha importancia el destino, trenes que solo pasan una vez... No comparto esa idea y creo que pasan demasiadas casualidades juntas una vez que Maya emprende su viaje.
También me molestó el instalove. No me gusta ese cliché, y si lo juntamos con las casualidades dentro de la casa en la que se hospeda...
Eso sí, el personaje de Lucas es un amor. Es otro de esos personajes cuya forma de vida me parece envidiable. Quizás tener 27 años y disfrutar trabajando de camarero hasta que aparezca otra cosa que llene tu vida, no está en los planes de cualquiera y no es el mejor plan de vida. Pero leyendo su forma de pensar y de vivirlo, siento mucha envidia por la forma en la que se deja llevar hasta que algo nuevo le atrape.
A pesar del instalove inicial, Maya y Lucas me gustaron muchísimo como pareja, hay mucha tensión no resuelta y son muy divertidos juntos. Obviamente tenía que haber un drama y es el motivo del viaje de Maya. No le vi sentido a ocultarlo, tampoco le vi sentido al drama que se monta por unas fotos... Con lo fácil que hubiera sido todo si desde el principio se hubiera contado la verdad.
El viaje de Maya llega a su fin tras unas movidas un poco extrañas que no entendí. Sentí que la historia se dividía en tres partes: en el antes del viaje, el viaje y el después del viaje. Y ese después no me gustó. Fue como leer dos libros diferentes. Maya no era la misma, Lucas tampoco.
De hecho el final aún no sé si me gustó o no porque parecía totalmente irreversible el cambio y sin embargo a una página del final, todo vuelve a cambiar y no sé si eso fue para bien o para mal. Pero el resto de la historia: sublime. Directo a la balda de libros que me han removido algo por dentro.
4,5/5